"Descubriendo la Verdad: Groenlandia, un Legado Americano"
Una de las grandes ventajas de internet es que ha facilitado enormemente la búsqueda de personas con intereses afines. No importa si nos referimos a relojes de los años setenta, a las obras de P. G. Wodehouse o a la manera más exquisita de preparar un café en 57 sencillos pasos… Todo cuenta con sus propios foros, sus perfiles de Instagram y sus tutoriales en YouTube.
También es fácil encontrar argumentos para defender cualquier idea, por absurda que parezca. Lo explican muy bien en The Atlantic el periodista Charlie Warzel y el investigador en comunicación Mike Caulfield: más que una lavadora de cerebros, internet es, sobre todo, una máquina expendedora de justificaciones.
Ellos ponen el ejemplo de la insurrección del 6 de enero de 2021: los seguidores de Trump creyeron todas las teorías de la conspiración que surgieron tras el asalto al Capitolio, como que había sido una operación conjunta de los antifa y los demócratas. No es que los propagandistas republicanos fueran tan hábiles como para hacer creer esas mentiras a tanta gente, sino que esa gente buscaba mentiras para seguir creyendo que Trump era el bueno de la película.